miércoles, 9 de septiembre de 2015

SOBRE EL ASMA

El asma es una afección respiratoria caracterizada por la dificultad de respirar, pudiendo ir incluso a la sofocación. Durante una crisis de asma, la reacción del sistema inmunitario frente a las sustancias (alérgenos), es tan fuerte que puede conllevar un bloqueo de la respiración corporal, silbidos respiratorios y a veces hasta la muerte.
Necesito tomar la vida en mi (inspiración) y no consigo dar (expiración), a tal punto que empiezo a ser preso del pánico, de tal modo que la respiración se vuelve insuficiente y muy limitada porque libero un mínimo de aire.
¿Me engancho a ciertas personas o a ciertas cosas que rehuso soltar? ¿Me ahogo con la rabia o la agresividad que rehuso ver, al punto que esto me "coge a la garganta"? ¿Tengo miedo de carecer de algo, sobre todo de amor?
Así, el asma está fundamentalmente ligado a la acción de "ahogo". Me siento cogido a la garganta, sofoco, me ahogo con relación a un ser humano o una situación. Me siento limitado en mi espacio. Incluso puedo vivir una querella que me lleva a la confrontación, al enfrentamiento y que envenena mi vida. Uso el asma para atraer el amor, la atención o una forma de dependencia afectiva. El asma siendo similar a la asfixia y a la alergia, puedo tener el sentimiento de estar limitado y de dejarme invadir por los demás en mi espacio vital, de estar fácilmente impresionado por el poder de los demás en detrimento del mío, de querer complacer, de cumplir acciones que no me convienen, yendo incluso hasta ahogarme para significar una rebelión interior vinculada a una situación. Es un medio excelente de sentirme fuerte, de conseguir todo lo que quiero manipulando a los demás. Como nadie, sino quiero ver mis limitaciones, la confianza en mi se sustituirá repentinamente por inquietud y angustia. Tendré que aprender con la vida y permitirme gozar de ésta. Los demás lo harán todo por salvarme. Tengo la imagen de una persona débil que exige mucho amor sin estar lista para el don del amor, como un niño que grita para sus necesidades sin tener la madurez de compartir y abrirse lo bastante al don divino. La vida es un intercambio mutuo, equilibrado y constante entre dar y recibir. Todo esto, evidentemente, está relacionado con el pasado, una especie de amor agobiante que interpreté como tal (generalmente materno), a una tristeza inhibida de la primera infancia. Es también un miedo recordando la primera respiración, en mi nacimiento, en que me sentí ahogado o asustado por mi madre o por una situación similar. Así, la respiración simboliza la independencia de la vida, la individualidad, la capacidad de respirar yo mismo. No consigo manifestar un sentimiento de independencia, vivir mi propia vida, me siento rechazado por la llegada de alguien más. Siento dificultades en tomarme en mano y a soltarme de mis ataduras con mis padres (una dependencia represiva, sobre todo frente a mi madre o al cónyuge). No concibo separarme de esta maravillosa imagen (mi madre) dulce y confortable, casarme o ver cómo se divorcian mis padres sin tener ninguna reacción. Estoy furioso de rabia y sigue la crisis de asma
Ahora, tomo mi vida en mano, doy generosamente y tranquilamente sin forzar. Reconozco humildemente lo que soy capaz de realizar incluso si esto parece poco, y sobre todo acepto abrirme a nivel del corazón y trabajar con el proceso de integración que corresponde a lo que realmente necesito. Aprendo a amarme y a amar la vida.