domingo, 18 de junio de 2017

EL ALCOHOLISMO

El abuso de bebidas alcohólicas causa un conjunto de transtornos: físicamente, el cuerpo cambia y se crispa, las capacidades y el funcionamiento del cerebro disminuyen, los sistemas nervioso y muscular se vuelven tensos y excesivamente tensos. Similar a todas las demás formas de dependencia, el alcoholismo se manifiesta principalmente en el momento en que necesito colmar un vacío afectivo o interior profundo, un aspecto de mí mismo que envenena realmente mi existencia. Puedo beber abusivamente por diversos motivos: huir de mi realidad, porque esto no me conviene, resistir a mis miedos, a la autoridad (sobre todo paterna), y a la gente a quien amo porque justamente tengo miedo de revelarme tal como soy, a la luz del dia, darme valor para seguir adelante, hablar, afrontar a la gente, darme un sentimiento de fuerza. Ya no veo las situaciones que puedan ser peligrosas para mi. Vivo cierta soledad, aislamiento, culpa, angustia interior, incomprensión y alguna forma de abandono y tengo el sentimiento de ser una persona inútil, sin valor, inepta, inferior e incapaz de ser y actuar para mí y los demás. Entonces, tengo necesidad de un pequeño tónico. Frecuentemente quiero huir de una situación conflictual que me está haciendo daño.

El alcoholismo puede estar vinculado a una o varias situaciones que me crean una tensión. Cuando tomo un vaso de alcohol, esta tensión disminuye en un primer tiempo y grabo entonces la relación que parece ser: tensión - alcohol - bienestar. Lo cual quiere decir que cuando vivo una tensión, la información inscrita en mi cerebro es la de tomar una copa de alcohol para sentirme mejor. Luego, es posible que desarrolle un automatismo, y que cada vez que viva una tensión, la información inscrita en mi cerebro sea la de tomar una copa de alcohol para sentirme mejor, Uno de los orígenes del alcoholismo es la dificultad que conocí siendo niño, de tratar con una familia en donde uno de sus miembros es alcohólico. Generalmente hay más discordia, a veces violencia o abuso de todo tipo. Incluso puedo querer intentar disociarme de la familia en la cual estoy y no me conviene.

En ciertas familias también, la costumbre del alcohol está favorecida por la educación, los adultos habiendo acostumbrado al niño que era beber por juego o haciendo la absorción habitual y regular de bebida como cosa normal. Los transtornos neuróticos y las alteraciones de la personalidad que derivan son factores poderosos de alcoholismo en mí que me he vuelto adulto. Incluso carencias nutricionales pueden llevar a la búsqueda de una complementariedad aportada por el alcohol. 

El alcoholismo puede proceder también de mi estado hipoglucémico, sobre todo que las moléculas de alcohol pueden transformarse rápidamente en azúcar sanguíneo. Es lo que explica que si soy alcohólico pero que dejo de consumir, puedo encontrarme bebiendo una impresionante cantidad de café y azúcar. A veces me pondré a fumar considerablemente porque el cigarrillo me da la fuente de estimulante para sentirme en forma. Es importante descubrir para mi lo que causa esta tristeza vinculada a la hipoglucemia en mi vida, ya que no he resuelto la causa.

El alcoholismo puede también proceder si no acepté la cólera de mi padre alcohólico, puede ,muy bien que, por un fenómeno de asociación, tenga enfados como mi padre y que me vuelva alcohólico. Es así como puedo beber para olvidar mis preocupaciones, mi pasado y el porvenir pero sobre todo el presente. Huyo sin cesar y me creo un universo ilusorio y de fantasía, una forma de exaltación artificial para huir del mundo físico y así disociar una realidad frecuentemente difícil de un sueño continuamente insatisfecho.
Pierdo entonces el contacto para algún tiempo, con mis sentimientos de soledad, rechazo, incomprensión, impotencia...Y estoy liberado durante un tiempo. Sólo va empeorando esta situación a medida que manifiesto una dependencia del alcohol.

No tengo toda mi claridad mental, sobre todo cuando me vuelvo dependiente del mismo tipo de dependencia afectiva que quizás me hubiese gustado tener y que tengo la sensación que mi padre o mi madre nunca me dieron.

"Le Grand Dictionnaire Des Malaises Et Des Maladies"
Jacques Martel